12 de junio de 2024

Interacciones entre especies de Tuxtla Gutiérrez

Enlistaré las interacciones de biodiversidad entre especies o con elementos urbanos que crea interesantes y que he observado en mi ciudad:

  • He notado en varias ocasiones que los colibríes berilo (Saucerottia beryllina) suelen visitar y libar recurrentemente las flores árboles de cupapé (Cordia dodecandra), una de las razones que lo explique es posiblemente que estos árboles florecen en cualquier temporada del año, siendo una fuente constante de néctar disponible. Observado el 11 de junio de 2024 en los márgenes del río Sabinal (Av. 4a. nte. ote.).
  • Observé a dos colibríes pochoteros (Heliomaster constantii) libando néctar de las flores del árbol/arbusto coyol de obispo (Thevetia ahouai). El suceso de acciones fue el siguiente: ambos perchaban cerca, se confrontaron ahuyentándose el uno al otro, uno de ellos (el ganador) bajó a libar néctar. Observado el 5 de junio de 2024 en el Instituto Superior de Estudios de Enfermeria del Estado de Chiapas.
  • En dos ocasiones he visto a zanates (Quiscalus mexicanus) comer frutas de mango (Mangifera indica) que han caído al suelo, únicamente aquellos frutos que ya están abiertos, producto del impacto con el suelo o de algún otro previo animalillo que se ha alimentado. Observado primero el 17 de mayo de 2024 en un pequeño arroyo en la colonia Los Manguitos y después el 11 de junio de 2024 en la rotonda de los amates en la colonia Moctezuma.
  • En más de una ocasión he encontrado y escuchado a las cotorritas de alas amarillas (Brotogeris jugularis) alimentándose de los frutos del árbol de castaño (Sterculia apetala) que se encuentra a un costado del río Sabinal, sobre la 8a Pte. Nte, lo observé por primera vez el 17 de diciembre de 2022, aquí las fotografías.
  • Los azulejos (Thraupis episcopus) gustan de alimentarse, en pareja (por lo menos en mis observaciones) de los frutos de árbol de neem (Azadirachta indica), lo curioso es que esta última es una especie exótica. Observado el 2 de septiembre de 2022 en los márgenes del río Sabinal, sobre la 10a pte. nte., aquí las afortunadas y descriptivas fotografías del hecho.
  • Una noche del 2022, sobre los márgenes del río Sabinal observé que un grupo de murciélagos frugívoros, probablemente del género Artibeus, se alimentaba de los frutos de chikozapote (Manilkara zapota), lo curioso es que todos los individuos se acercaban a morder (estabilizándose por unos segundos en el aire) un mismo fruto, como si estuvieran tomando turnos para acercarse. El fruto nunca se despegó del árbol, los murciélagos no lo desprendieron para llevárselo, como usualmente suelen hacerlo.
  • Los fruteritos (Euphonia affinis) tienen una gran predilección por los frutos del capulín (Muntingia calabura), es sencillo toparse con parejas o grupos de varios individuos disfrutando de las dulces frutillas en la sombra de sus frondosas hojas al rededor de la ciudad, un árbol que se encuentra en gran cantidad, incluso en los sitios más perturbados de Tuxtla. Comúnmente cuando uno escucha la hermosa melodía que emiten los machos -que podría decir que es mi vocalización y, en general, de mis especies urbanas favoritas-, proviene del interior frondoso de algún capulín cercano.
  • He observado en varias ocasiones -y en todas me sorprendo llegando a preguntarme ¿por qué?- que los tecolotitos auroritas (Glaucidium brasilianum) mueven su cola de un lado a otro como lo harían péndulos (momotidae). El movimiento es rígido, pulcro y con cierto ritmo, casi idéntico al especialista en la zona conocido por hacer esta acción (Momotus mexicanus). He pensado en un par de hipótesis, la idea que más veo lógica es que hace esto por el mismo motivo que los péndulos, como una estrategia de distracción ante otros depredadores más feroces y de mayor tamaño; dándole un poco más de libertad a la imaginación se podría pensar que, esta estrategia, es la razón por la que este búho sea tan común y adaptable a los entornos urbanos, una ventaja que resulta exitosa contra gatos, perros, rapaces y hasta los humanos -comprobado por mí mismo, me tiene con la boca abierta, la cabeza llena de preguntas y escribiendo esto-. Para apoyar aún más esta idea podría sumar que el hecho de que cuenten con ojos falsos ubicados estratégicamente en las plumas de la nuca para mostrar a todos los demás animales que "siempre está atento" y que tengan actividad diurna y crepuscular los coloca como una especie de rapaz vulnerable a muchos peligros, distintos los nocturnos. Tal vez por el pequeño tamaño dicha especie, la presión de su ecosistema la obligó a tener estrategias poco comunes para sobrevivir, las cuales casualmente resultan efectivas en un ecosistema artificial, las ciudades.
Publicado el 12 de junio de 2024 a las 03:00 PM por diegowlet diegowlet | 0 comentarios | Deja un comentario

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